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Kase.O: “Siento libertad porque he arriesgado, he sido yo mismo

Con orgullo, en Medellín podemos decir que fuimos testigos de cómo se escribió una parte de la historia del rap en español cuando, gracias al azar, el mejor MC de habla hispana decidió hacer de esta ciudad su hogar.

Javier Ibarra, mejor conocido como Kase.O, integrante de los icónicos Violadores del Verso, pasó alrededor de tres años acá. Y en un intercambio de energía que revitalizó tanto a la escena hip hop de la ciudad como a él mismo, comenzó a gestarse El Círculo, una de las obras cumbre del artista y, sin duda, uno de los álbumes que mayor impacto ha causado en el escenario del hip hop en español en los últimos años.

El Teatro Metropolitano recibirá al rapero de Zaragoza los días 10 y 11 de junio, en las dos únicas fechas de la gira en Colombia que, con toda seguridad, serán emocionales y eléctricas. Realmente sentimos a Kase.O como nuestro y él lo sabe. Y como antesala a esta visita tan esperada, tuvimos el gusto de conversar con él sobre la transformación musical y personal que implicó haber creado El Círculo. Esperamos que lo disfruten.

“Es una persona desnuda la que está rapeando ahí”

El círcuLoAños luz separan al Javier Ibarra de antes y al actual, después del nacimiento de El Círculo. Estar solo por primera vez y lidiar con las expectativas de su público tras tanto tiempo sin presentar nueva música, fueron demonios que tardaron un buen rato en disiparse. “Fue muy duro afrontar el reto de la individualidad, de sacar un disco yo solo, de tener todos los ojos puestos en mí”, cuenta el rapero.

Superados estos fantasmas, “comencé de la manera en que yo tradicionalmente sabía. Pensaba que iba a ser un disco de competición, con ritmos clásicos más bien de la época de los noventa, hardcore, un poco lo que venía haciendo con Violadores del Verso”, cuenta el MC. Pero algo hizo cortocircuito en ese proceso. “Empecé a bloquearme y a sentir que no quería hacer lo que venía haciendo durante veinte años, sino que tenía que ir más allá”.

El cambio más sustancial fue revaluar su figura artística y poner a dialogar al personaje con el ser humano. “El semidios, el superhéroe que era Kase.O no me daba de sí. Así que tuve que llamar a Javier Ibarra y decirle ´tío, arregla esto porque no me funciona nada de lo que vengo haciendo todos estos años´”. Allí, en el fuero interno del músico, comenzó a perfilarse la identidad del disco. “Tenía una deuda con mis fans de dejarme ver, dejar ver cosas mías de verdad, de Javier Ibarra, de la persona que había. Sus traumas, sus alegrías, sus tristezas”, complementa.

Poner a Javier Ibarra a hablar a través de Kase.O fue el gran acierto. Lo hizo universal. “Ahí es donde encontré la inspiración, en la imperfección. En que soy humano, que no soy un dios griego”. El poderoso rimador persiste, pero ahora convive con una persona con inseguridades y vulnerabilidad, como todas. “Lo que me interesaba y el palpito que yo tenía era ser completamente sincero”.

Eso significó un giro radical al MC que todos conocíamos:

“Yo era un esteta. Me importaba mucho más la métrica que el mensaje y en este disco fue justo lo contrario, buscar más el sentimiento puro así fueran frases más simples. Expresarme y por fin ser un artista y no un mero descriptor de historias o un mero arquitecto de métricas. Y ahí ha quedado el resultado: un disco íntimo y personal, en el que me he desnudado como se ve bien en la portada. Es una persona desnuda la que está rapeando ahí”.

“He vuelto a la esencia y al hip hop simple”

Con el concepto más claro, ahora el desafío consistía en crear las canciones. Un reto mayor, teniendo que cuenta que, a lo largo de su carrera siempre fue un proceso compartido con sus compañeros de grupo. “Venía de rimar con Violadores del Verso donde, en las canciones, tú haces tu trozo, Lírico hace el suyo y Hate hace el suyo; y estos tres trozos hacen una canción redonda, con tres puntos de vista distintos”, dice.

Y con la premisa de hacer un álbum “que fuera muy variado y que ninguna canción se pareciera a la otra ni estética ni temáticamente, lo que hice fue comprar cuadernos de varios colores. En el cuaderno de la tapa roja escribía frases de amor, en el cuaderno de la tapa amarilla escribía frases más filosóficas o íntimas, en el cuaderno verde frases acerca del mundo y del sistema, etc. Fue un trabajo de un tanto por ciento de inspiración, pero también mucho de arquitectura y de puzzle”.

El ejercicio funcionó. El Círculo es un recorrido por las ideas y recuerdos de Kase.O. Transitamos su historia personal, pero también temas tan universales como el amor romántico y sexual, la política y los sistemas de poder, y la abstracción del arte y el mundo de las ideas. Como dice en la Intro del disco: “Contar el número de ideas que barajo es contar los aleteos de un escarabajo”.

“Son rimas muy sencillas que simplemente tratan de expresar una realidad. Así que se puede decir que he vuelto a la esencia y al hip hop simple”.

La claridad implicó, por otro lado, que tuviese que prescindir de la pirotecnia verbal. “La poesía muchas veces disfraza los sentimientos con palabras bonitas y extrañas, con metáforas y tal. Si tú estás diciendo una verdad, no puedes usar metáforas. No la estética o el papel que cubre el caramelo, sino el relleno del caramelo. Y estoy cumpliendo la misión del arte que es expresarme al máximo nivel. Los textos los veo bastante más simples de los que hacía en Violadores, estética y métricamente, pero el peso del mensaje compensa esa ausencia de virguerías y de gambetas en cuanto a las rimas y a las frases”, explica.

“Tengo mi propia visión del hip hop”

Habiendo encontrado la fórmula para escribir las letras, el paso a seguir era definir la estética musical del disco. “Tuve que buscar otros colores, otras esencias que, al final, encontré en mí mismo. Aprendí a producir, me compré un teclado y empecé a ensayar mis acordes buscando esas notas y esas melodías que me sirvieran de modo de transporte para lo que quería transmitir”.

Alejándose del uso de samplers y del sonido del hip hop norteamericano, y no contento con transformar su forma de escribir, también comenzó a intervenir activamente, junto a los productores que hicieron parte del disco, en la construcción de las pistas. “Quiero hacer mi propia música porque tengo 37 años, llevo 20 años en esto, ya sé de qué va y tengo mi propia visión del hip hop, así sea blanco y sea español”.

El resultado son 17 tracks totalmente distintos entre sí, donde el MC diversifica su sonido y amplía su propio espectro como artista. “Aunque hay gran dosis de rap clásico en el disco, quería que hubiera al menos la mitad de experimentación, de cosas que fueran muy personales”.

Los miedos antes de empezar, definitivamente fueron infundados. El Círculo ha tenido una repercusión inmensa, no solo entre sus seguidores y los amantes del rap, sino entre un público completamente nuevo. “Mi público se ha multiplicado por esta decisión que tomé de hacer algo personal y he conseguido mi objetivo por el boca a boca y porque el producto es bueno, poético y humano. Es un hecho que El Círculo ha rebasado todas las barreras del rap”.
Ahora veremos, por decirlo de algún modo, a un Kase.O 2.0, más seguro de sí mismo y de su arte.

“Me siento muy fuerte y con permiso de mi público para hacer cualquier cosa. Con libertad, porque he arriesgado, he sido yo mismo. Ya no haré mi policía a mi público. Eso ya se ha quedado en el pasado. El que no me sigue se ha quedado atrás, mejor. No me interesan talibanes entre mi público. Me ha dado mucha fuerza todo este resultado y el amor que está teniendo la gente hacia El Círculo”, concluye.

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