Actriz, narradora y profesora de…
Una conversación entre la batuta y el violín
El director colombiano Andrés Orozco Estrada y la violinista Hilary Hahn estuvieron realizando una entrevista para El Colombiano, donde cada uno hizo las veces de entrevistador y conversaron sobre sus vidas, proyectos y sueños:
Quién es Hilary Hahn – Por Andrés Orozco-Estrada
Hilary Hahn, una maravillosa violinista nacida en Estados Unidos, con una trayectoria internacional impresionante, con la que he tenido el gusto de compartir escenario en varias ocasiones con algunas de mis orquestas en Frankfurt, en Houston, también con la Filarmónica de Viena. Hemos estado de gira y siempre he admirado y no me he dejado de impresionar cada vez que hacemos música juntos, de su nivel no solo de entrega, de musicalidad, de preparación, sino de un nivel técnico que es realmente un virtuosismo, llamémoslo genial. Desde el punto de vista del genio, creo que tiene un talento más allá del promedio, ni siquiera más allá de lo bien, es excelente: una agilidad técnica, estoy seguro de que es muy dedicada, pero sobre todo tiene un gran virtuosismo, es muy precisa, prácticamente no falla nunca y eso es muy impresionante. Lo que quizás es más bello es que esa técnica le sirve para hacer gran música. Siempre está entregada, siempre está queriendo hacer un buen concierto y recuerdo que en este sentido cuando estamos de gira, por ejemplo, en cada noche aunque se repitiese el programa, siempre está dando el cien por ciento o más. En la última ocasión ella estaba en embarazo y así y todo hizo una gira fenomenal, tocando con una energía y con una entrega única.
De esta forma describo la persona que he tenido, brevemente, el gusto de conocer y acercarme un poco en esos momentos de escenario y previos al concierto y en los ensayos. Es muy sonriente, muy positiva, inclusive en algunas ocasiones donde ha estado afectada en su salud, ha estado con una sonrisa, muy amable, y eso irradia un gran positivismo y una sensación de que todo es posible, de que todo se puede hacer.
Hilary también es una persona que entiende el mundo de hoy, creo que reflexiona bastante, le gusta pensar bien las cosas, organizarse, tener todo en su lugar y creo que eso es una receta para el éxito de todos, en este caso de ella. Además teniendo en cuenta su increíble agenda, que está viajando todo el tiempo y logra organizarse, estar siempre a punto, siempre tocando bien.
Ha sido una de las primeras violinistas de Estados Unidos que yo reconocí a nivel internacional, mundial, con grabaciones de las mejores casas disqueras, y todos los conciertos de violín que se suelen grabar e inclusive algunos menos conocidos, los ha grabado todos, así que tiene un registro discográfico muy impresionante que le recomiendo a quienes intenten hacerse a él y que descubran y disfruten de sus grabaciones. Hilary está llena de mucha curiosidad. Recuerdo cuando estuvimos de gira y pasamos por Polonia, me comentaba que le gustaba conocer los lugares y enterarse un poco de lo que pasa, de la historia, la gente, la comida. Eso la hace una persona muy versátil y muy entregada a la vida misma de artista, de violinista.
Y lo último que quisiera añadir es que siempre está atenta a las redes sociales y por eso antes decía que es una persona que vive en el día de hoy, muy conectada con la manera como funciona el mundo de hoy en día. Es muy activa, siempre escribiendo, le gusta compartir sus experiencias de viaje en sus redes sociales, en el blog que escribe y siempre está muy abierta y muy dispuesta a entregar todo su conocimiento, toda su música, creo que ha hecho clases maestras por Internet y le gusta conversar con los artistas.
Hace poco sacó un disco donde ella comisionó 24 piezas que son los “bises”, las que se tocan de ñapa, como decimos en Colombia. Es un proyecto muy interesante y muy arriesgado, pero ella también tiene eso, ese temple, y realmente es una violinista admirable. Para mí es un gusto, un honor, un placer y sobre todo una gran alegría poder estar en Medellín compartiendo con ella el escenario, tocando el Concierto para Violín de Sibelius que nunca lo hemos hecho juntos.
Estoy seguro de que el público va a saber apreciar, disfrutar y, como yo siempre digo, regalarle un aplauso y la calidez que nos caracteriza, que tenemos por dentro y que cuando queremos también nos sale a flor de piel e impresiona y llena a los artistas y a quienes nos visitan. Creo que ese va a ser un momento perfecto para demostrar que una vez esa gran humanidad que tenemos las personas de Medellín y los colombianos en general, y estoy seguro de que vamos a mostrarle una gran cara de este país para que ella se vaya muy feliz, muy satisfecha, muy orgullosa de haber hecho ese gran esfuerzo y sobre todo con ganas de, ojalá, volver. Esa es Hilary Hahn.
Quién es Andrés Orozco Estrada – Por Hilary Hahn
Cuando preparo un concierto con un director y una orquesta, usualmente tengo alrededor de tres horas de ensayo antes de la primera función, lo cual no es mucho tiempo para ver a dónde puede llegar la colaboración. Pero no toma mucho tiempo hacerse a una idea del carácter y de las contribuciones de un colega. Cuando conocí al maestro Andrés Orozco-Estrada por primera vez hace unos años, irradiaba positivismo, me di cuenta de que tenía una mente inquisitiva. Desde entonces hasta nuestros conciertos más recientes en la gira con la Houston Symphony he visto que él es una presencia musical poderosa, que expande los límites para mejorar lo que muchos en el medio dan por sentado.
Andrés es una fuerza de la naturaleza, pero su ímpetu no es una ola vacía. Su energía hierve justo en la superficie y él activamente la controla, poniendo todo su ser en la música. Como colega es comprometido, centrado e inspirador. Andrés guía en lugar de imponer, y da en la misma medida en la que pide a los demás, sacando lo bueno de las personas. Como músico, él se sumerge en grandes ideas, destacando emociones a través de interpretaciones dinámicas y de altos contrastes que tocan el corazón del oyente. Para hablar de él como persona, creo que esta es una buena ilustración: cuando tuve gripe durante nuestro concierto en Zúrich esta primavera, él ensayó el concierto sin mí la primera vez para que yo pudiera descansar (de algún modo, él sabía cómo quería tocarlo) y luego insistió en llevar él mismo mi taza de té al escenario durante el concierto.
Andrés no es de los que descansa en su lugar. Él tiene una voz musical única y tengo la sensación de que, además, de todo lo que ya ha logrado y de todas las afirmaciones musicales que ya ha hecho, él escribirá su propia historia, en sus propios términos, durante muchos años más.
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